UN ENTRETENIDO PASEO POR LA HISTORIA

Historia es todo lo que existe y todo lo que ha existido. Hasta aquello que está por venir acabará convirtiéndose en ella también. Es la ciencia que contiene todas las demás, pues cualquiera de ellas forma parte de sus entrañas. Si somos flexibles en cuanto a nuestro estudio de fechas y nombres, y nos ceñimos a los hechos concretos, esta ciencia se convierte en una inacabable película, una inabarcable novela, con sucesos increíbles y finales inesperados. El problema radica en que su sentido es diferente en cuanto a quien sea su narrador, privilegio reservado tradicionalmente para los vencedores, para los fuertes, para aquellos que están en la cima en el momento en que se escribe. Es por ello que hay que ir con cuidado con las interpretaciones subjetivas (casi siempre) que encontramos en los documentos históricos. El fin de esta página es; primero, entretenerme yo y después intentar entretener a quien la lea. Me he tomado la molestia de preparar un surtido número de links para que, quien lo desee, pueda comprobar si mis reflexiones son ciertas o no lo son.



En Rennes le chateau

sábado, 1 de septiembre de 2007

EGIPTO III (LA UNIFICACIÓN)

La paleta de Narmer


El inicio de Egipto como tal, es decir, con la unificación de las dos tierras, ha sido datado por los expertos algo antes del 3000 a.c., tiempo al que pertenece la paleta que vemos en la imagen superior. Este peculiar hallazgo habla de un tiempo inmediatamente anterior, aquel en que se estaba forjando la unificación. Esta, como tantas otras, no fue pacífica ni mucho menos, y fue el sur, el alto Egipto, el que conquistó al norte, el bajo Egipto, instalado en el delta. El faraón conquistador que aparece en la paleta, con su maza en alto y sojuzgando a un enemigo, es Narmer, a quien se le atribuye la unificación final de las dos tierras, proceso que empezara años atrás con sus antecesores, entre quienes destaca el conocido (por el cine) "Rey Escorpión", que gobernó la ciudad del Halcón, Hierakónpolis, capital del alto Egipto, y que conquistó el resto de ciudades del sur para ponerlas bajo su dominio. La historia de Egipto empieza tan sólo un poco antes, con aldeas y precarias ciudades (llamadas "Nomos") construidas a orillas del Nilo, independientes las unas de las otras y gobernadas por reyes (más bien "nomarcas").

El origen de estas gentes aún es motivo de controversia pero se supone que llegaron de tierras más al oeste, de un lugar conocido como "Playa Nafta", ahora desértico pero que pudo ser un vergel antes que el cambio en los vientos monzones lo hiciera un lugar árido e inhabitable. Así pues, tras el cambio climático en su hábitat, estos hombres debieron buscar territorios más favorables y, caminando hacia el este, se toparon con el Nilo. El impacto que debió causarles tal descubrimiento es facilmente comprensible si vemos un mapa de Egipto vía satélite. Las cercanas orillas del Nilo ý su delta son lo único que escapa al desierto. Sin duda, el río sagrado era fuente de vida y alejarse de él conducía a la muerte. De este modo, el fértil valle del Nilo empezó a llenarse de estos "Nomos" de los que he hablado antes. Con el paso del tiempo, algunos de ellos se hicieron más importantes. Buto, por ejemplo, al norte del delta, era el nomo más importante de las tierras bajas. Honor que recaía en las tierras altas del sur en Hierakónpolis, ciudad cuyos poderosos gobernantes, ávidos de un poder mayor, empezaron la conquista de las ciudades cercanas hasta controlar todo el sur bajo su autoridad, con núcleos importantes de población como Abydoss o centros de comercio como Naqada. Se supone que el "Rey Escorpión" contribuyó de manera decisiva a esta unificación de las tierras altas, a tenor de lo encontrado en un hallazgo en Hierakónpolis, con inscripciones algo parecidas a las de la paleta de Narmer. Este último (llamado Menes por Manetón en su lista real en griego de faraones egipcios) siguió la política expansiva de sus predecesores y abordó con éxito la conquista del norte. Los del Delta, inferiores en casi todo al poderoso sur, cayeron bajo la maza del faraón, como vemos en la inscripción de la paleta. Paleta cuyo uso práctico era para albergar cosméticos. No hay que olvidar que no sólo las mujeres se maquillaban en el antiguo Egipto, pues también los hombres lo hacían a diario. Especialmente los ojos y sus contornos. Se observa en la imagen de la izquierda, parte superior de la paleta, cómo dos leones entrelazan sus cuellos en señal de la unión entre los dos reinos. En la pequeña cavidad de ese círculo que forman los dos cuellos era dónde se depositaban los cosméticos que se iban a usar. La parte de atrás (imagen de la derecha) es meramente decorativa y en ella es donde se exhibe la conquista del norte por parte del sur. Se ve a Narmer, altivo, amenazando con su maza a un rival (que simboliza a las tierras bajas), a quien tiene del pelo. El derrotado está de rodillas e intentando huir. Bajo los pies del faraón tambien se observan dos enemigos más que huyen despavoridos. Sin duda, es la representación de una gran victoria militar. Un detalle muy a tener en cuenta es la corona que Narmer lleva sobre su cabeza. Se trata de la alargada corona blanca del sur. Ahí está la clave. Por la otra cara ya le vemos (parte superior izquierda) como ya se ciñe la doble corona. La búlbica blanca del sur ya se ha acoplado a la roja del norte, señal inequívoca de que la paleta otorga a Narmer el papel de unificador de Egipto. Las fechas para este evento dadas por los expertos estarían entre 3100 ac y 3050 ac. A partir de entonces, comenzarían las maravillas de una civilización espléndida y grandiosa.

FRAN MELIÁ

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