UN ENTRETENIDO PASEO POR LA HISTORIA

Historia es todo lo que existe y todo lo que ha existido. Hasta aquello que está por venir acabará convirtiéndose en ella también. Es la ciencia que contiene todas las demás, pues cualquiera de ellas forma parte de sus entrañas. Si somos flexibles en cuanto a nuestro estudio de fechas y nombres, y nos ceñimos a los hechos concretos, esta ciencia se convierte en una inacabable película, una inabarcable novela, con sucesos increíbles y finales inesperados. El problema radica en que su sentido es diferente en cuanto a quien sea su narrador, privilegio reservado tradicionalmente para los vencedores, para los fuertes, para aquellos que están en la cima en el momento en que se escribe. Es por ello que hay que ir con cuidado con las interpretaciones subjetivas (casi siempre) que encontramos en los documentos históricos. El fin de esta página es; primero, entretenerme yo y después intentar entretener a quien la lea. Me he tomado la molestia de preparar un surtido número de links para que, quien lo desee, pueda comprobar si mis reflexiones son ciertas o no lo son.



En Rennes le chateau

miércoles, 3 de septiembre de 2008

EL MITO DE PANDORA (II)


SIMILITUDES CON EL GÉNESIS BÍBLICO

Muchas son las similitudes entre el Génesis y el mito de Pandora. En lo esencial cuentan lo mismo. La caida del hombre. Pero es que además siguen prácticamente las mismas pautas.
GÉNESIS: Los humanos viven en el jardín del Edén, provistos de todo alimento, "desconociendo del bien y del mal"
TEOGONIA: Los humanos habitan una tierra que les provee de lo que necesitan, pero desconocen el motivo. Carecen de sabiduría y no son capaces de dominar la agricultura.

GÉNESIS: Yaveh ha dispuesto que este sea el estado ideal para la humanidad y prohibe expresamente probar el fruto del "árbol de la ciencia" (sabiduría) para evitar que el hombre sea como Dios, "y sus ojos sean abiertos, sabiendo del bien y el mal".
TEOGONÍA: Aquí es Zeus quien dispone el mismo estado de ignorancia para el hombre, valiéndose de los demás dioses para que así sea (el monoteísmo bíblico es sustituido por el politeismo griego)

GENESIS: La serpiente (el mal, el diablo) tienta a la humanidad, la mujer cae en su trampa y prueba el fruto prohibido, adquiriendo con ello la conciencia de la realidad (sabiduría) por lo que le recae el consiguiente castigo.
TEOGONÍA: Aquí, con el politeísmo, la leyenda toma otro cariz, asemejándose a los textos mesopotámicos con dioses favorables y desfavorables para la humanidad. Prometeo es quien tienta a la humanidad, ofreciéndoles el fuego (la sabiduría) que ellos aceptan encantados. En el texto griego Prometeo no es malicioso para la humanidad sino benefactor (como tantos dioses de tantas creencias politeistas como Enki, Quetzalcoatl, Kukulcan). En cualquier lugar, el resultado es el mismo. La humanidad será castigada por tal osadía.

GÉNESIS: La naturaleza del castigo es claro. Fin de la inmortalidad (y tus días serán de 120 años), aparición de las enfermedades y el dolor (y parirás con dolor) así como de la fatiga y el cansancio, sensaciones desconocidas hasta entonces (ganarás el pan con el sudor de tu frente)
TEOGONÍA: El castigo son todos los males que contiene la jarra, que acaban con la inmortalidad de los hombres, que ahora envejecerán y morirán, padecerán dolor y enfermedades y sabrán lo que es el cansancio (entre otros muchos males)

Aunque los que contravienen los castigos divinos no coinciden en ambos relatos (los hombres aceptan el fuego de Prometeo - la mujer acepta la proposición de la serpiente), sí sin embargo coinciden en hacer recaer la culpa en el género femenino en ambos casos.
GENESIS: La culpable es la mujer, que cae en los engaños de la serpiente y convence a Adán para que también lo haga. La fémina queda retratada como un ser débil de caracter a quien no hay que hacer caso, ya que por su culpa se perdió la gracia de Dios.
TEOGONIA: La culpable es la mujer, que como ser voluble, tendencioso e irreflexivo (así fue expresamente hecha por los dioses para Epimeteo) comete el grave error de esparcir todos los males por el mundo. Suya es la culpa de la existencia de esos males.

No es de extrañar esto último, cuando sabemos de lo que eran capaces las antiguas sociedades patriarcales, anulando la personalidad de la mujer hasta llegar a hacer de ella una mera propiedad del padre hasta que pasaba a serlo del marido.
De momento, lo dejo aquí.

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